Coagulaciones sanguíneas elevan mortalidad por coronavirus

Científicos en Irlanda han detectado que algunos pacientes con casos graves de coronavirus presentan «coagulaciones sanguíneas anormales«, las cuales pueden contribuir a su fallecimiento, según revela un estudio publicado hoy jueves en la revista «British Journal of Hematology».

La investigación, desarrollada por el Colegio Real de Médicos de Irlanda (RCSI, sus siglas en inglés), constata también que la COVID-19 está relacionada con un tipo único de coagulación sanguínea.

Los expertos comprobaron que aquellos pacientes con los niveles de coagulación sanguínea más altos recibían «un pronóstico significativamente peor» y tenían «más posibilidades de requerir cuidados intensivos».

«Nuestros primeros hallazgos demuestran que la COVID-19 está asociada a un tipo único de desorden de coagulación sanguínea que se centra, principalmente, en los pulmones y que, sin duda, contribuye a los altos niveles de mortalidad vistos en pacientes con COVID-19», explica en un comunicado uno de los autores, James O’Donnell.

Advierte de que este «escenario» no se ha observado en ningún otro tipo de infección pulmonar.

«Además de la neumonía que afecta a las pequeñas bolsas de aire en los pulmones, también estamos encontrando cientos de pequeños coágulos sanguíneos por todo el pulmón», expone O’Donnell.

En su opinión, eso explicaría por qué los «niveles de oxígeno en la sangre» se reducen «drásticamente en las infecciones graves» de este coronavirus.

«Comprender cómo se forman estos micro-coágulos dentro del pulmón es fundamental para que podamos desarrollar tratamientos más efectivos para nuestros pacientes, particularmente aquellos en grupos de alto riesgo», agrega O’Donnell.

En este sentido, señala que será necesario efectuar más investigaciones para determinar si los «diferentes tratamientos anticoagulantes» pueden contribuir a «reducir la formación de coágulos en ciertos pacientes de alto riesgo».

El experto recuerda que cada vez hay más pruebas que apuntan a que la presencia de «coágulos sanguíneos anormales» en enfermos de COVID-19 aumenta «significativamente» el riesgo de que sufran ataques cardiacos e ictus