El sexo, siempre fue un tema de estudio, y no solo eso, también la reproducción sexual en sí. Los científicos desarrollaron un estudio en el que reafirmaron una postulación hecha por Charles Darwin.
Además de la perpetuación de la especie, el sexo tiene como objetivo acondicionar la información genética para que la especie tenga más posibilidades de afrontar escenarios difíciles, como nuevas patologías.
Las nuevas propuestas sostienen que la reproducción sexual, ante la clonación, es una pérdida de tiempo, pero el estudio realizado por Auld Stuart, Shona Tinkler y Matthew Tinsley y publicado en ‘Proceedings of the Royal Society’ demuestra lo contrario.
La clonación no tiene la ventaja de evolucionar las condiciones genéticas de las especies en cuanto a capacidad de adaptación, porque la información genética del clonado será la misma que de su predecesor.
El estudio recurrió a la pulga de mar, una especie que se puede reproducir por las dos vías. La principal conclusión fue que las pulgas de mar que se reprodujeron por sexo «enfermaban menos» que las clonadas.
A pesar de esto, los autores del estudio sostienen que «Para que el sexo resulte favorecido en la selección natural, la madre tiene que producir dos veces más crías o generar descendientes que sean dos veces mejores.»
Esto podría explicar que a pesar de los ‘costos’ que pueda implicar la reproducción sexual, las especies siempre mostrarán una preferencia de reproducción por esta vía.