Hace un año, informa The New York Times, desaparecieron misteriosamente de una base de datos, muy utilizada por la comunidad científica, más de 200 secuencias genéticas de los primeros casos de COVID-19 en Wuhan (China). Aunque no se sabía de su existencia, un investigador estadounidense logró recuperar 13 secuencias y estas podrían aportar con información sobre el origen del virus.
Los análisis premilinares sugieren que hubo brotes de coronavirus antes de los casos reconocidos por China y se trató de borrar algunas de las pistas. El diario precisa que esto no refuerza ni descarta, de momento, la hipótesis de que el patógeno se filtró de un famoso laboratorio de Wuhan.
El descubrimiento sugiere que puede haber más revelaciones que pueden ser recuperadas de «los rincones más recónditos» de Internet, señala el rotativo. Por supuesto, la principal duda de los investigadores es por qué se eliminaron las secuencias originales.
«Este es un gran trabajo de detective sin duda, y avanza significativamente en los esfuerzos para comprender el origen del SARS-CoV-2», dijo un virólogo citado en The New York Times y quien no ha participado en este estudio. Al momento no se tiene un informe que tenga un análisis completo y oficial en torno al hallazgo.
Fuente | The New York Times/ DW