Las autoridades chinas reportaron el lunes 1.337 contagios locales de COVID-19 en docenas de ciudades de su territorio continental, mientras la contagiosa variante ómicron impulsaba el mayor brote en China en dos años.
El grupo más grande de casos nuevos -895- estaba en la remota provincia nororiental de Jilin, donde la autoridad de lucha contra el COVID-19 prohibió los desplazamientos por la provincia. La gente sólo podía abandonar la región o viajar de una ciudad a otra con autorización policial, según el aviso del gobierno.
El auge de casos en el territorio continental chino afecta a ciudades desde Shenzhen a Qingdao, en la costa, o Xingtain, en el norte, con cifras que no dejan de subir desde principios de marzo.
Aunque los números son bajos en comparación con los reportados en Europa o Estados Unidos, o incluso la ciudad de Hong Kong, que reportó 32.000 casos el domingo, son los más altos desde que se detectó el primer brote de COVID-19 en la ciudad central de Wuhan a principios de 2020.
CONTAGIOS
China ha tenido muy pocos contagios desde su estricto confinamiento en Wuhan, y el gobierno se ha atenido con firmeza a su estrategia de tolerancia cero, centrada en frenar los contagios de coronavirus tan pronto como sea posible y recurrir a estrictos confinamientos y cuarentenas obligatorias para cualquier contacto de un infectado.
El gobierno ha indicado que por el momento seguirá ateniéndose a su política de frenar los contagios.
Las autoridades aislaron el domingo Shenzhen, que reportó 75 casos mientras la población comenzaba la primera de tres rondas de pruebas masivas. La ciudad, que tiene 17,5 millones de habitantes, es un importante núcleo tecnológico y de finanzas que linda con Hong Kong.
Zhang Wenhong, un destacado experto en enfermedades infecciosas de un hospital afiliado a la Universidad de Fudan, en Shanghái, señaló el lunes en un ensayo para el medio chino de negocios Caixin que las cifras del territorio continental siguen estando en las fases iniciales de un “aumento exponencial”. Shanghái confirmó 41 casos nuevos el lunes.
Buena parte del brote se debe a una forma del virus, el linaje B.A.2 de la variante ómicron, indicó Zhang. Las primeras investigaciones apuntan a que se propaga más rápido que la ómicron original, que ya se expandía más deprisa que el virus original y otras variantes.
“Pero si nuestro país abre rápido ahora, causará un número mayor de contagios en un breve periodo de tiempo”, escribió Zhang el lunes. “No importa cuál sea la tasa de mortalidad, seguirá consumiendo un alto número de recursos médicos y un choque en el corto plazo a la vida social, causando un daño irreparable a las familias y la sociedad”.
En Beijing, que reportó seis casos el lunes, se aislaron varios edificios residenciales y comerciales durante el fin de semana.
En Hong Kong, que contabiliza sus datos por separado, reportó 26.908 casos nuevos el lunes, un ligero descenso respecto al domingo.
La ciudad, que es una región administrativa distinta, contabiliza los casos de COVID-19 de forma distinta al territorio continental, y combina tanto las pruebas rápidas de antígeno como las PCR.