Cincuenta años de risas con “El Chavo del 8” y “El Chapulín Colorado”

«El Chavo del 8» y «El Chapulín Colorado» son dos de las creaciones más exitosas del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito.

Frases como «se me chispoteó», «fue sin querer queriendo», «bueno pero no te enojes» traen a la memoria el recuerdo de estos programas que han logrado sentar frente al televisor a familias enteras durante más de 5 décadas. Y aunque sus capítulos alcanzaron su mayor popularidad en América Latina, millones de personas en todo el mundo los han visto. Se los disfrutan en más de una veintena de idiomas, batiendo récords de sintonía. Y es que Chespirito logró ser tan universal en sus guiones que, aún hoy, es posible entender sus chistes en distintos países y culturas.

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El Chapulín Colorado no es un superhéroe común. Chespirito le dio un giro cómico al darle superpoderes absurdos y defectos humanos. Creó un personaje que, aunque torpe, siempre salva el día, un concepto que en esa época no existía en la televisión mexicana.

Los secretos, las historias y anécdotas no han faltado en más de medio siglo. Por ejemplo, la revelación del verdadero nombre de «El chavo del 8», que es Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi, que la «Chilindrina» improvisaba muchas de sus escenas o que «Quico» inflaba sus cachetes naturalmente.

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