«Cascos Azules» de la Policía ecuatoriana especializados en misiones de paz han sido destinados a las provincias de Guayas y Los Ríos, entre las más golpeadas por el COVID-19 en el país, para reforzar la labor de las fuerzas de seguridad, informó este martes la institución policial.
Se trata de «un gran contingente de uniformados» cuya misión en esas provincias será el de «reforzar el trabajo operativo» a la luz de la emergencia sanitaria.
En total 52 Cascos Azules, contingente integrado por expertos en misiones de paz, se sumarán a los 178 agentes policiales de las distintas unidades especiales que viajaron hasta Guayaquil el pasado sábado para «robustecer las labores policiales en esa zona del país, donde la lucha constante por combatir al Covid-19 es ardua y permanente», refiere un comunicado de la Policía Nacional.
Los nuevos efectivos colaborarán en misiones de ayuda humanitaria, reforzamiento de la seguridad y mantenimiento del orden público y de concienciación a la ciudadanía para que permanezca en casa a la luz de la propagación del coronavirus en el país.
El mayor de Policía Jaime Salgado, coordinador de los policías de Naciones Unidas en Ecuador, resaltó la importancia de la asistencia humanitaria que los Cascos Azules van a aportar en esta emergencia.
«Hoy tenemos la oportunidad de poner en marcha todos nuestros conocimientos sobre las labores de ayuda humanitaria, poniéndonos una vez más al servicio de nuestra patria y de la institución», afirmó.
Los Cascos Azules son policías que se han preparado bajo las misiones de paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de organizaciones internacionales filiales, y en Ecuador con la capacitación en la Unidad Escuela de Misiones de Paz (UEMPE) del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
La provincia de Guayas, y su capital Guayaquil, son el epicentro del foco de contagio de coronavirus en Ecuador.
Solo esa provincia registraba 2.534 casos, un 67,6% del total en el país (3.747, conforme al último parte), y los fallecimientos ascendían a 130 casos, el 68% de todo el país, aunque hay otros 173 decesos no confirmados pero aparentemente causados por el virus.
La acumulación de cadáveres generó una crisis la semana pasada que ha sido resuelta casi en su totalidad en las últimas horas, aunque aún quedan alrededor de un millar por enterrar. EFE