Dos bloques de 316 apartamentos se han convertido en un foco de inseguridad en el centro-sur de Guayaquil. Las conocidas como Casas Colectivas serían ya un territorio utilizado para el crimen y guaridas.
«Son utilizados de manera arbitraria por gente que está en situación de calle, que se dedican a ilegalidades«, aseguró Víctor Herrera, comandante de la Policía de la Zona 8.
Durante la noche del miércoles 8 de febrero de 2024 militares y policías intervinieron en uno de los bloques para dar con presuntos miembros de la banda terrorista Los Lobos. Dos hombres fueron detenidos con un centenar de explosivos.
Las Casas Colectivas forman parte de un plan de vivienda popular. En 1953 fue inaugurado por el Municipio de Guayaquil y comprado por el Instituto de Seguridad Social (IESS) un año más tarde.
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Varias veces, en 2007, 2013 y 2016, las autoridades planeaban demoler las viviendas y construir otras estructuras. Sin embargo, colectivos defensores de derechos humanos se opusieron.
Finalmente, las autoridades se toparon con la declaratoria de Patrimonio Cultural de los bloques. Según Alejandro Vargas, coordinador jurídico del IESS Guayas, no hay forma de demolerlos.
Los vecinos, que prefieren no dar sus caras ni nombres, denuncian la inseguridad y la presencia de mafias. Allí dentro ni siquiera se ha podido llevar a cabo un censo desde hace ocho años.
Lo último que se sabe es que en los departamentos viven alrededor de 500 personas. Vargas explica que otra opción es ejercer la reivindicación de dominio y para identificar a los residentes y tener un panorama claro.
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Bandas reclutan a niños desde los 6 años en Ecuador, de acuerdo con Pacto por la Niñez y Adolescencia. Detalles: https://t.co/ZXOssmGMF2 pic.twitter.com/5GqicZzTKO
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