En las cercanías del Puerto de Acapulco se encuentran varios cárteles del narcotráfico reclutando jóvenes para esclavizarlos para la siembra y procesamiento de amapola.
En el Estado mexicano de Guerrero prevalece el miedo y la preocupación en sus habitantes, la ambición de estos grupos por el control y producción de droga ha originado el reclutamiento forzado de jóvenes para la generación de amapola.
Un joven pudo escapar de estos campos de trabajo forzado del narco y dio un testimonio al periódico Reforma, su trabajo duró seis meses en largas jornadas, sometido a torturas y su alimentación de basaba de sobras y hojas de árboles