Un tribunal de Múnich (Alemania) condenó a cadena perpetua a un enfermero acusado de matar a tres ancianos. El profesional de la salud, identificado como Gregorz W, les habría proporcionado grandes dosis de insulina hasta morir.
“Lo que hice fue cruel y sigue siendo cruel», declaró el enfermero tras escuchar la sentencia. La condena excluye la posibilidad de salir en libertad cumplidos los 15 años de pena, como suele ser habitual en Alemania con sentencias de por vida.
Según medios locales, el profesional se negó a explicar las razones que le motivaron a acabar con la vida de los ancianos. Destacaron que Gregorz tenía fácil acceso a la insulina en tanto que es diabético. Ante esto, también intentó acabar con la vida de otras tres personas.
Una condena similar fue dictada en junio del año pasado, cuando Niels Hoegel, un enfermero de otro hospital en Alemania fue acusado de asesinato de 85 pacientes. Se confirmó que Hoegel administró a las personas inyecciones letales.
Fuente | El Mundo/BBC News