El alcalde de Bruselas, Philippe Close, ha anunciado que prohibirá la posesión y el consumo recreativo de óxido nitroso, una sustancia tóxica conocida como gas de la risa o hilarante que se ha popularizado entre la juventud.
El gas, encapsulado en pequeñas bombonas o cartuchos metálicos, lo utilizan profesionales de la salud y tiene también aplicaciones en la informática o la pastelería, entre otras, pero en su vertiente recreativa se introduce en un globo desde el que se inhala.
Unos 15 segundos después de la absorción, el óxido nitroso produce sensación de bienestar, desinhibición, relajación y euforia y sus efectos se prolongan durante unos dos minutos.
El gas de la risa, también llamado monóxido de dinitrógeno, óxido hiponitroso, protóxido de nitrógeno o «proto» en argot, puede provocar dolores de cabeza, náuseas y vómitos, así como trastornos cardíacos o de la tensión, especialmente si se consume con regularidad.
El consumo de esa sustancia, cuyo precio ronda los 20 euros por 50 cartuchos y se puede adquirir en comercios, ha causado muertes por deficiencias cardíacas en Francia y Reino Unido, mientras que en Bélgica se ha asociado a accidentes mortales de tráfico.
En las calles de Bruselas es frecuente encontrar cápsulas vacías por el suelo y hay comunas de la capital belga, como Anderlecht, que ya han lanzado campañas de sensibilización hacia la juventud.
La prohibición del gas hilarante N2O será efectiva desde el próximo 1 de abril en las 19 comunas que conforman la ciudad de Bruselas, según ha anunciado el burgomaestre socialista de la capital belga sobre un producto que, además de ser nocivo para la salud, daña la capa de ozono y contribuye al calentamiento global. EFE