Los mismos virus que causan un resfriado o la gripe pueden causar bronquitis. Estos virus se propagan por el aire cuando alguien tose o a través del contacto físico, especialmente cuando no hay un lavado adecuado de manos.
La bronquitis es una enfermedad inflamatoria de los conductos bronquiales, las vías respiratorias que transportan oxígeno a los pulmones. Algunos de sus síntomas son:
- Tos, frecuentemente acompañada por mucosidad.
- Dificultad para respirar.
- Jadeo.
- Presión en el pecho.
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Existen dos tipos de bronquitis: aguda y crónica. Regularmente afectan en primera instancia a la nariz, los senos paranasales y la garganta. Luego, se extiende a las vías respiratorias. Las bronquitis pueden abrir la puerta a infecciones más serias como la neumonía o el empeoramiento de enfermedades preexistentes como asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
La exposición al humo del cigarrillo, la contaminación del aire, polvo y gases también pueden causar bronquitis aguda. Los tratamientos incluyen medicamentos, evitar contaminantes, hidratarse y en general mantener un estilo de vida saludable. Es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. Con el tratamiento correcto, la bronquitis suele mejorar con el tiempo.
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