El gobierno de Brasil comenzará a aplicar vacunas contra el COVID-19 a atletas, entrenadores, árbitros y trabajadores acreditados de los medios que acudirán a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Tokio.
El ministro de Salud Marcelo Queiroga indicó en conferencia de prensa el martes que Brasil obtendrá 4.050 dosis de la vacuna Pfizer y otras 8.000 de la farmacéutica china Sinovac.
Más tarde, en una audiencia ante el Congreso, Queiroga precisó que quienes acudan a Japón recibirán la vacuna de Pfizer, mientras que las de Sinovac se destinarán al programa nacional de inmunización, bajo los términos del acuerdo..
La ley brasileña señala que las entidades privadas pueden obtener vacunas contra el COVID-19 sólo si realizan una donación adicional al sistema de salud pública.
“Debido a una cuestión estratégica, usaremos la Pfizer (para los asistentes a los Juegos Olímpicos) debido a que es una vacuna que está aprobada ya en todos los países y no derivará en obstáculo alguno para nuestros deportistas”, dijo Queiroga a los legisladores. “Asimismo, esa vacuna implica un periodo corto entre la primera y la segunda dosis, lo que inmunizaría rápido a los atletas”.
Queiroga estima que 1.814 personas serán vacunadas para viajar a Japón y el resto de las vacunas serán otorgadas al sistema de salud público.
El programa de vacunación de atletas comenzará este miércoles y se realizará en Sao Paulo, Río de Janeiro y Fortaleza. La medida de vacunar a deportistas se asemeja a las que se han tomado en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, México y República Dominicana.
Los Juegos Olímpicos, que ya habían sido aplazados 12 meses debido a la pandemia de coronavirus, están programados para comenzar el 23 de julio.
Brasil suma oficialmente más de 420.000 fallecidos por COVID-19, cifra que sólo supera Estados Unidos. Una variante más contagiosa provocó que el sistema de salud prácticamente colapsara entre marzo y abril, pero el número de hospitalizaciones y fallecimientos bajó en mayo.
El programa de vacunación en Brasil ha sido lento y está dirigido a personas mayores de 60 años. El presidente Jair Bolsonaro se ha rehusado a vacunarse y está bajo investigación del Senado debido al manejo de la pandemia por parte de su gobierno.