Brasil reportó este domingo 1.024 nuevas muertes y 38.911 casos de la covid-19, mientras continúan las operaciones policiales contra fiestas clandestinas, la última la pasada madrugada con 600 personas, en la zona metropolitana de Sao Paulo.
De acuerdo con el boletín del Ministerio de Salud, el país acumula 422.340 decesos y 15.184.790 contagiados por el nuevo coronavirus desde el inicio de la crisis sanitaria, hace unos catorce meses.
Esta es la primera vez en los últimos seis días que el país contabiliza menos de 2.000 muertes diarias asociadas a la enfermedad. Aunque las estadísticas suelen ser bastante inferiores los fines de semana, debido a la menor actividad de los organismos públicos.
Brasil es el segundo país del mundo con más muertes por covid-19 después de Estados Unidos. Además, es el tercero con más infectados, por detrás de los norteamericanos y la India.
Aunque en el último mes ha bajado ligeramente el número de casos y muertes, la tendencia de desaceleración es aún débil y el virus sigue fuera de control en buena parte del territorio nacional.
En los últimos siete días, Brasil ha reportado un promedio de 61.500 infectados y 2.100 muertes diarias por coronavirus.
CAZAN UNA FIESTA ILEGAL CON 600 PERSONAS
El estado brasileño con peores números desde el inicio de la crisis sanitaria es Sao Paulo, que hasta este domingo contabilizaba más de tres millones de infectados y 100.799 fallecidos.
El sistema público de salud paulista sigue bajo una fuerte presión, pues un 78,6 % de las camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la región están ocupadas, según datos oficiales.
Pese a la gravedad de la crisis, las autoridades clausuraron en la madrugada de este domingo una fiesta clandestina con 600 personas en la localidad de Osasco, en la zona metropolitana de la capital paulista.
En el local, que fue cerrado por incumplir las restricciones aún vigentes en la región, la mayoría de los asistentes, unos 400, según la Policía, disfrutaban de la velada sin mascarilla.
Además, otras cien personas fueron sorprendidas también la madrugada de este domingo en otro punto de la ciudad de Sao Paulo.
La proliferación de este tipo de ‘celebraciones’ obligó al Gobierno de Sao Paulo a crear un grupo de trabajo específico que se dedica exclusivamente a cazar fiestas durante la pandemia. Entre finales de febrero y marzo, llegaron a desactivar más de 700.
BOLSONARO SE PASEA CON CIENTOS DE MOTEROS
Ajeno a la delicada situación, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reunió este domingo a cientos de moteros en un paseo por las calles de Brasilia.
El mandatario, líder de una ultraderecha negacionista sobre la gravedad de la covid-19, encabezó la concentración motera de apoyo a su Gobierno y en homenaje, según dijo, al Día de las Madres, que se celebra este domingo en Brasil.
Al final del paseo, saludó a un grupo de simpatizantes a las puertas de su residencia oficial y pronunció un breve discurso sin mascarilla, que no acostumbra a usar y cuya eficacia frente al coronavirus pone en duda.
«Pueden estar seguros que, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, jamás sacaré el Ejército a las calles para mantenerlos presos en casa», insistió Bolsonaro, en la enésima crítica a las restricciones impuestas por los gobiernos locales y que aún rigen en varias partes del país. EFE
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