El Estadio Olímpico Mangueirao, el mayor de la ciudad brasileña de Belén, fue convertido en un albergue provisional para alojar a decenas de personas sin techo y que dormían en las calles, en una estrategia para reducir su vulnerabilidad al contagio del coronavirus.
Las autoridades de Pará, estado amazónico del que Belén es capital, montaron en pocas horas un albergue en las instalaciones del estadio, que dotaron con colchones, alimentos, medicinas y artículos de aseo, y este domingo recorrieron las calles para buscar a personas sin hogar y ofrecerles el alojamiento provisional.
En una primera incursión en la mañana recogieron a unas 100 personas, ya inscritas en el programa e instaladas en el estadio, y en la noche recogieron a otras 150, según pudo constatar Efe en ambos recorridos.
La iniciativa fue posible debido a que la rápida expansión del COVID-19 en Brasil, en donde se han registrado 25 muertos y 1.546 casos confirmados, obligó a las federaciones a suspender todos los campeonatos de fútbol del país.
Además del Mangueirao, al menos 13 grandes clubes de fútbol de Brasil han ofrecido instalaciones que no usarán por ahora, entre estadios y centros de entrenamiento, para que puedan ser aprovechados como hospitales de campaña, alojamientos, centros médicos y puntos de donación de sangre o vacunación.
El gobernador de Pará, Helder Barbalho, explicó que ese estado del norte de Brasil consideró el Mangueirao como una estructura ideal para improvisar el alojamiento debido a que cuenta «con muchos baños, vestuarios, amplios espacios y diferentes áreas al aire libre, lo que reduce el riesgo de transmisión del virus».
El Gobierno regional solicitó el apoyo de la iniciativa privada y en pocas horas recibió numerosas donaciones, como 1.000 colchones y igual número de almohadas de una tienda del ramo, así como alimentos y productos de higiene.
Barbalho afirmó que las personas que viven en la calle son consideradas un grupo de alto riesgo para contraer el virus y sufrir graves problemas de salud por estar a la intemperie y totalmente expuestas a las inclemencias meteorológicas.
El estadio recibirá a parte de las personas que quedaron sin alojamiento en agosto pasado, cuando la alcaldía de Belén cerró los cuatro albergues públicos que administraba.
En la época se calculaba que unas 1.250 personas dormían en las calles de la ciudad amazónica.
VARIOS ESTADIOS OFRECEN INSTALACIONES
Otro estadio que será aprovechado es el Pacaembú de la ciudad de Sao Paulo, en donde la alcaldía de la mayor ciudad brasileña montará un hospital de campaña con 200 camas destinadas a pacientes con COVID-19.
El Pacaembú, una de las sedes del Mundial de fútbol Brasil 1950 y de los Juegos Panamericanos de 1963, fue testigo de varias de las mejores actuaciones de Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’.
Los cuatro grandes clubes del estado de Sao Paulo, Corinthians, Palmeiras, Santos y Sao Paulo, también ofrecieron sus instalaciones a las autoridades sanitarias.
El Corinthians puso a disposición su estadio, el mundialista Itaquerao, como lugar para recibir donaciones de sangre; Palmeiras cedió su estadio para la vacunación contra la gripe, y Sao Paulo ofreció el estadio Morumbí y sus centros de entrenamiento.
Santos puso a disposición una de las instalaciones dentro del estadio Vila Belmiro como base para un hospital de campaña en esa ciudad del litoral del estado de Sao Paulo.
En Río de Janeiro, el Flamengo, vigente campeón brasileño y de la Copa Libertadores, ofreció el famoso Maracaná, del que es gestor junto al Fluminense, así como el gimnasio Maracanazinho; y el club Botafogo cedió el estadio Olímpico Nilton Santos.
Otros clubes que ofrecieron sus instalaciones para ayudar a combatir la pandemia fueron Internacional, Athletico Paranaense, Goiás, Bahía, Ceará y Fortaleza. EFE