La Policía Nacional tenía conocimiento de ‘Boquita’ desde que él tenía 12 años. El adolescente, que es señalado por participar en el secuestro de una pareja en Quito y en el asesinato de un policía en Esmeraldas, se involucró con las organizaciones delictivas siendo campanero en robos.
El menor, que actualmente tiene 13 años, se encuentra aislado en un centro de adolescentes infractores por 90 días por la muerte violenta. De igual forma, recibió una sanción similar por el secuestro extorsivo. Cuando sea juzgado la pena podría alcanzar los ocho años de aislamiento, es decir, que recuperará su libertad cuando tenga 21 años.
‘Boquita’ nació en enero del 2010, pero fue inscrito de forma tardía un años después. Vivía con sus padres y hermanos en el sector 50 Casas, una de las zonas más pobres de Esmeraldas. De su padre solo se sabe que vive en Guayaquil y no se conoce cuando dejó la escuela o si fue a alguna.
Lea también:
- ¿Sancionar penalmente a niños y adolescentes como si fueran adultos?
- Lo que se sabe del secuestro de Mauricio Martínez y Vanessa Egas
Su identidad se hizo pública tras el rescate de los esposo Mauricio Martínez y Vanessa Egas, víctimas de secuestro extorsivo en la Ruta Viva, norte de la capital. Con este caso también se conoció que alias ‘Boquita’ sería quien disparó al policía Freddy Bonilla en Esmeraldas.
Él tenía un mes en Quito y se estaba quedando en la casa de una supuesta tía, quien al ser notificada por la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) negó el presunto parentesco. También, en ese lugar, se encontraba con su primo de 19 años, quien está detenido por el secuestro de la pareja.
Su relación con los últimos hechos violentos que han conmocionado al país generaron un sin número de dudas, entre ellas la razón por la que no estaba aislado tras la muerte violenta del uniformado en Esmeraldas. Ahora se conoce que el adolescente no pudo ser ubicado y huyó a Quito.
Sin embargo, este no fue el único hecho delictivo con el que se lo involucró. Cuando tenía 12 años la Policía lo identificó como parte de una banda que se dedicaba a robar, él era uno de los ‘campaneros’. En ese momento no lo aislaron y continuó involucrado en el mundo delictivo.
«Nosotros podemos tener alertas, pero el entorno familiar juega un papel importante, los padres han evadido las visitas de la Policía», asegura Jorge Borja, subdirector de la Dirección de Niñez y Adolescencia de la Policía Nacional.
Además, en la Asamblea Nacional se está analizando una reforma que incluye el reclutamiento de menores de edad como delito y mientras tanto la actuación de las autoridades en estos casos continúa en cuestionamientos.
La Policía y el ministro del Inclusión Económica y Social, Esteban Bernal, aseguran que están actuando en estos casos. «No se tiene la perfectibilidad inmediata en las acciones que tomamos porque hay diferentes realidades», añade Bernal.