La Alcaldía de Bogotá decretó este viernes la alerta naranja en la capital colombiana y una cuarentena estricta por barrios a partir del lunes.
Esto se da a raíz del creciente número de contagios y muertes por coronavirus en la ciudad, principal foco de la pandemia en el país.
La alcaldesa Claudia López hizo el anuncio en una rueda de prensa junto al ministro de Salud, Fernando Ruiz.
Dijo que la ciudad entra en «alerta naranja con una cuarentena estricta no para aplazar, sino para pasar el pico de contagios». Prevé que el pico se dará en agosto, «sin que colapse el sistema hospitalario».
Bogotá tiene 42.347 casos, que equivalen a una tercera parte de los 133.973 contagios confirmados en el país, y 959 fallecidos. Esta situación tiene a la red de unidades de cuidados intensivos al 75 % de su capacidad.
Con el objetivo de evitar el colapso, la ciudad se cerrará en «turnos» de cuarentenas estrictas por 14 días cada uno.
El primer turno irá del 13 al 26 de julio. Implica el cierre de las localidades de Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe, Chapinero, Santafé, Usme, Los Mártires y Tunjuelito.
El segundo turno iniciará el 27 de julio y concluirá el 9 de agosto. Incluye a Bosa, Kennedy, Puente Aranda y Fontibón, y el tercero, del 10 al 23 de agosto, afectará a Suba, Engativá y Barrios Unidos.
Las localidades que no están contempladas en la lista, como Teusaquillo, Usaquén, Antonio Nariño, La Candelaria y Sumapaz, quedan fuera de la cuarentena porque «tienen un bajo nivel de contagio» y «menos adultos mayores» pero «no están exentas de que en cualquier momento» puedan entrar en la lista, alertó la alcaldesa.
DISCIPLINA SOCIAL
Con las medidas, las autoridades buscan encerrar a unos dos millones de personas diariamente para bajar el número de movimientos en Bogotá.
Un 8% de los bogotanos no usan la mascarilla y se calcula que con la apertura económica, la ciudad tiene solo un 10% menos de movimiento que en un día sin cuarentena. Esto se traduce en «seis o siete millones de personas moviéndose todos los días», dijo.
La alcaldesa insistió en que «el pico de la pandemia no es una estadística, no es una curva, es una tragedia. En agosto vamos a tener el mayor número de personas contagiadas (…) y a muchos llorando por la pérdida de sus familiares», concluyó.