En una segunda intervención, en menos de una semana, el presidente estadounidense Joe Biden ratificó su decisión de retirar las tropas de Afganistán. El mandatario confirmó el despliegue de 6.000 soldados en el aeropuerto de Kabul, capital afgana, para garantizar la seguridad “de una de las operaciones más grandes y difíciles de la historia”.
“EE UU ha evacuado a más de 13.000 personas desde el 14 de agosto [víspera de la caída de Kabul], más otros en vuelos chárter”, señaló Biden. A la par dijo que el gobierno se encuentra trabajando para devolver a casa hasta al último norteamericano que quiera salir de Afganistán. “Usaremos hasta el último recurso disponible para repatriar a nuestros ciudadanos”, señaló.
“No puedo prometer cuál será el resultado final [de las operaciones de evacuación], ni que se hará sin riesgos de sufrir pérdidas. Prestamos especial atención a un eventual ataque terrorista en el aeropuerto o sus inmediaciones. Cualquier ataque al plan de evacuación tendrá una respuesta clara e inmediata”, sostuvo el jefe de estado.
Al momento, la principal preocupación la administración de Biden es evitar que la evacuación de estadounidenses se vea truncada por el caso que rodea el aeropuerto de Kabul. Aparentemente, los accesos del sitio estarían controlados por los talibanes, aunque el Pentágono confirmó que “no hay indicios” de que los talibanes estén bloqueando el paso de ciudadanos estadounidenses”.
Se aclaró que, en las actuales operaciones se contempla también la salida residentes permanentes, solicitantes de visados y afganos que han trabajado «junto a nosotros». Durante la ronda de preguntas, el presidente se mostró cauto, resumiendo la salida de Afganistán en dos simples preguntas: «¿Quieren que sus hijos mueran en Afganistán? ¿Para qué?».
Fuente | El Mundo/El País