El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene planeada una ceremonia de naturalización el viernes en la Casa Blanca en la que 21 inmigrantes obtendrán la ciudadanía estadounidense, en un momento en que el gobierno propugna por nuevas vías para la naturalización.
Un funcionario gubernamental dijo que Biden aprovechará el momento para exhortar a que se apruebe la naturalización de inmigrantes que fueron traídos sin autorización a Estados Unidos cuando eran niños, de personas nacidas en el extranjero que estatus de protección temporal, y de trabajadores agrícolas. El funcionario declaró a condición de guardar el anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente sobre la ceremonia.
La inmigración ha sido nuevamente fuente de discordia en Estados Unidos debido a que Biden ha intentado renovar programas de visas y de refugiados que fueron recortados o suspendidos durante el gobierno del presidente Donald Trump.
En febrero, Biden y los demócratas del Congreso propusieron una reforma migratoria que incluía un proceso de ocho años para que los aproximadamente 11 millones de personas que viven sin autorización en Estados Unidos se naturalizaran. Los legisladores republicanos bloquearon el intento y han criticado al gobierno por el incremento en el número de personas que intentan cruzar la frontera sur sin visas.
El debate sobre la inmigración involucra temas fundamentales de seguridad nacional y crecimiento económico. Los legisladores republicanos que intentan limitar la inmigración dicen que ello mantendrá seguro a Estados Unidos y protegerá los empleos para los ciudadanos nacidos en el país. Sin embargo, los economistas — muchos de ellos vinculados con demócratas — dicen que una mayor inmigración impulsaría el crecimiento económico, que actualmente es frenado por el descenso en las tasas de natalidad.
El viernes, el presidente también le dará un reconocimiento a Sandra Lindsay por ser una “estadounidense sobresaliente por elección”, un programa de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración que reconoce a ciudadanos que han sido naturalizados. Se cree que Lindsay es la primera estadounidense en ser vacunada contra el COVID-19 fuera de una prueba clínica. Es directora de enfermería para cuidados críticos en el Centro Médico Judío de Long Island en Queens, Nueva York, que forma parte del sistema de salud Northwell.