Actualizado 16:10
Redacción Día a Día |
¿Quién no amó su primera bicicleta? Aquella que le lanzó al asfalto en la infancia y que entre caídas y raspones se convirtió en el juguete favorito. Con los años llegarían otras, más modernas, más grandes, pero es difícil olvidar a las clásicas. Estos vehículos de dos ruedas provocan hasta hoy mucha nostalgia por épocas pasadas.
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Hay quienes se han dejado tentar por ese sentimiento y se han convertido en coleccionistas; por supuesto, ellos las ven como algo más que un simple medio de transporte. Cada modelo tiene una historia que contar. Algunas marcaron hitos en competencias deportivas como el famoso Tour de Francia y la gran mayoría fueron testigos de la vida cotidiana de miles de personas.
¿Qué las hace valiosas?
Según los coleccionistas, cuando encuentran una joya, el valor económico y sentimental se vuelve incalculable. Hay quienes se prepararon para restaurarlas con esmero, otros que se pasean con orgullo sobre ellas y algunos que van tras los más novedosos hallazgos.
Además de estas consideraciones, están algunas un poco más prácticas, por ejemplo, la calidad de los materiales y la manufactura, que en muchos casos se hizo a mano. Detalles como los marcos cromados, los asientos de cuero y las llantas finas, ya difícilmente se encuentran en los modelos actuales. Además, algunas bicicletas clásicas son ediciones limitadas o prototipos de modelos que nunca llegaron a producirse en masa, lo que aumenta aún más su valor para los coleccionistas.
Así son muchas de estas bicicletas, piezas únicas que solo algunos elegidos logran apreciar.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) February 28, 2025