Tal como pactaron ambos países, este lunes 25 de marzo de 2024 Estados Unidos entregó una aeronave para el combate del crimen en Ecuador. El avión de transporte C-130 Hércules llegó el jueves 21.
La entrega formal del avión Lockheed C-130H la hizo el embajador de EE.UU. en Quito, Michael Fitzpatrick, en un acto castrense en la Base Aérea Cotopaxi, en Latacunga.
En su discurso se refirió a varios hechos violentos que han sorprendido al país en los últimos días.
«Permítame, señor Presidente, enviar mis condolencias a todo el pueblo ecuatoriano por el asesinato de la alcaldesa de San Vicente, Brigitte García, y su asesor de comunicación, Jairo Loor. Rechazamos plenamente este ataque contra la democracia», dijo Fitzpatrick.
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Añadió que la llegada del «Hércules» simboliza el compromiso de su país para «fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas y respaldar la seguridad de cada ciudadano».
Fitzpratrick destacó la importancia de este tipo de aeronaves en combate, logística, rescate y misiones humanitarias. Y dijo que servirá al país para responder a desastres nacionales, amenazas nacionales o transnacionales.
Además recordó que Estados Unidos está cooperando con Ecuador para «compartir información, aumentar la capacidad en radares integrando sus sistemas en una red regional para enfrentar el tráfico aéreo y marítimo ilícito a países socios en la región».
Habló del financiamiento de 10 millones de dólares para reparación de la flota A29 Super Tucano, que patrulla el cielo ecuatoriano en costas y fronteras.
El avión «Hércules» está valorado en 12 millones de dólares. Estaba previsto que aterrice en Ecuador en 2026, sin embargo, por la crisis de seguridad el país norteamericano adelantó le entrega.
«No nos amedrentan»
El presidente Daniel Noboa dio un discurso en el marco de la entrega de la aeronave y se refirió a «dos mártires» de la guerra interna de Ecuador. Se trata del cabo Daniel Valencia, militar fallecido en una emboscada en Sucumbíos y el cabo Stalin Quimbiulco, policía asesinado en Babahoyo.
El Mandatario rechazó las muertes violentas, pero aseguró que «no nos amedrentan, que seguimos unidos para enfrentarlos y vencerlos».
Aunque sí reconoció que el país atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia en medio de la guerra contra el narcotráfico y grupos terroristas.
Calificó a los atentados criminales como respuesta de los grupos delictivos y «oportunistas políticos que quieren desacreditar el trabajo suyo así como el mío. No vamos a permitir que ellos atenten contra la dignidad ecuatoriana, tampoco vamos a permitir que a punta de insultos y de injurias traten de bloquear una Consulta Popular«.
«Existe narcoterrorismo dentro de instituciones públicas y en funcionarios públicos, que estamos limpiando y muy pronto eso saldrá a la luz», dijo el Primer Mandatario.
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