En Guayaquil y Durán se ha triplicado el número de niños huérfanos tras el crimen de sus padres, a manos de sicarios.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) reconoce que no tienen una cifra exacta del número de niños huérfanos, cuántos son, dónde están, ni bajo el cuidado de quién. Muchos de estos menores de edad han sido testigos de los asesinatos de sus padres.
En Agosto, uno de estos sucesos ocurrió en la entrada de la 8 en Guayaquil, cuando un niño corrió aterrorizado luego de presenciar el asesinato de su padre. En Monte Sinaí no les importó que un hombre tenía a su pequeña hija en brazos para asesinarlo. Yaguachi en cambio desconocidos asesinaron a seis personas y mientras esto pasaba un niño de 14 años y su hermano menor se escondió debajo de la cama. Estos ejemplos dan de cuenta que los menores no son ajenos a la violencia, ya sea como testigos o víctimas indirectas.
Existe un tema de víctimas y testigos del cual serían las entidades competentes quienes el momento de hacer el levantamiento hacen la derivación hacia los servicios MIES.
Sin embargo, la directora del Mecanismo de Prevención y Protección de Derechos de la Defensoría del Pueblo dice que esto le corresponde al MIES. “El MIES debe realizar el plan de protección a todos los niños que tienen situaciones de vulnerabilidad. En este caso hijos de personas que han fallecido por temas de sicariato”, dijo la funcionaria.
Según el MIES ellos hacen un acompañamiento, pero hay ciudadanos que afirman que esto no es cierto. “Después que ha pasado esto nadie pregunta cómo están los niños”, dice una mujer que quedó a cargo de sus nietos tras fallecer su hijo.