El hombre que mató a John Lennon en 1980 dice que buscaba la gloria y que merecía la pena de muerte por su “despiadado” acto.
Mark David Chapman hizo estas declaraciones el mes pasado en respuesta a preguntas de una comisión de libertad bajo palabra, que le negó la libertad condicional por 11ma ocasión. Como en audiencias pasadas, el preso ahora de 65 años expresó remordimiento por matar a tiros al ex Beatle afuera del edificio residencial del músico en Manhattan.
“Lo asesiné… porque él era muy, muy, muy famoso y esa es la única razón y yo buscaba en gran, gran, gran medida la gloria para mí. Muy egoísta”, dijo Chapman, según una transcripción publicada el lunes por el estado tras una solicitud.
Mirando atrás 40 años después, Chapman calificó sus acciones de “espeluznantes” y “despiadadas”. Dijo que todo el tiempo piensa en el dolor que le ocasionó a la esposa de Lennon, Yoko Ono.
“Sólo quiero que ella sepa que ella conoce a su marido como nadie más y sabe el tipo de hombre que fue. Yo no”, declaró.
Chapman le disparó a Lennon a muerte la noche del 8 de diciembre de 1980, mientras él y Ono volvían a su apartamento en el Upper West Side de Manhattan. Lennon le había firmado un autógrafo en una copia de su nuevo álbum, “Double Fantasy”, más temprano.
“Él de hecho fue amable conmigo ese día”, dijo Chapman.
Chapman cumple una sentencia de 20 años a cadena perpetua en el Centro Penitenciario de Wende, al este de Buffalo. Dijo a la comisión que “no tendría ninguna queja” si deciden dejarlo en prisión por el resto de su vida.
“Merezco cero, nada. En aquel entonces merecía la pena de muerte. Cuando planeas intencionalmente asesinar a alguien y sabes que está mal y lo haces por ti, eso es una pena de muerte ahí mismo, en mi opinión”, declaró.
Al negarle la libertad bajo palabra, la comisión dijo que Chapman cometió un “acto vil” y que su declaración de que la “infamia te da gloria” era perturbadora.
Chapman volverá a ser elegible para la libertad condicional en agosto del 2022.