Miles de argentinos están migrando hacia Uruguay, pero no por turismo, sino para quedarse a vivir ahí por muchos motivos. En términos normales, cada verano entre diciembre y febrero, los argentinos viajan a la vecina Uruguay para disfrutar de playas como Punta del Este.
Pero actualmente las cosas están cambiando. Con el otoño, los argentinos no dejaron de llegar a las costas uruguayas. Y en invierno siguió pasando lo mismo. Según cifras de la Dirección Nacional de Migración alrededor de 30.000 argentinos cruzaron a Uruguay.
La polémica surge con los reportes de argentinos que se quedaron en Uruguay, por diferentes motivos. Es que ambos países viven realidades muy diferentes, tanto en cuestiones sanitarias como en lo económico, político y social.
La pandemia
Para algunos argentinos, en especial los de alto poder adquisitivo, Uruguay se ha transformado en un lugar de refugio. Además del coronavirus, se alejan de las restricciones que trajo la política y la crisis económica en su país.
A comienzos de octubre Argentina se convirtió en el sexto país del mundo con más casos, cerca de un millón. Uruguay, que tiene apenas el 8% de la cantidad de habitantes, tiene unos 2.300 infectados.
También la cifra de muertos es abrumadoramente diferente: más de 24.000 en Argentina contra unos 50 en el país oriental. Las cifras indican que en Uruguay hubo 14 muertes por cada millón de habitantes, contra 540 por millón en Argentina.
Diferencias ideológicas
Algunos argentinos incluso se fueron a Uruguay antes de que llegara la pandemia, en rechazo al regreso del kirchnerismo al poder. El modelo que gobernó Argentina entre 2003-2015 volvió de la mano de Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner.
El caso más famoso es el del hombre más rico de Argentina, el empresario Marcos Galperín, fundador y CEO de Mercado Libre, la empresa más exitosa del país.
Galperín, vocal simpatizante del expresidente Mauricio Macri, vivió en Uruguay entre 2002 y 2015 (durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner) y había regresado a su país tras el triunfo de Macri (2015-2019).
Pero en febrero renunció como presidente de la filial argentina de su empresa y retornó a Montevideo junto con su familia.
Otro caso
Alejandro -quien pidió no revelar su verdadero nombre- es un emprendedor de Buenos Aires de 44 años. Decidió mudarse a Uruguay a finales de 2019.
«Me cansé de enfrentar la misma calesita de problemas una y otra vez», le contó a BBC Mundo desde su nuevo hogar en Punta del Este.
Entre los problemas, indica, están: «La inflación, a cuánto está el dólar, el gobierno de turno inepto, la pobreza cada vez mayor, la inseguridad que empeora año a año, imprevisibilidad constante, impuestos extorsivos que no llegan donde tienen que llegar y los únicos que caen parados son nuestros políticos», criticó.
«Argentina no sabe evolucionar. Desde que tengo uso de razón siempre hubo crisis en el país y un día dije basta», explicó.
«Acá recuperé algo imposible de tener en la Argentina de hoy: calidad de vida», agregó, sobre su nueva elección de país.
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