Muchas parejas que buscan planificar la concepción y retrasar la llegada de los hijos se enfrentan a la duda de qué anticonceptivo es el más adecuado para su bienestar.
La médico especialista, Daniela Sánchez comparte cinco aspectos a considerar para tomar una decisión informada sobre el uso de anticonceptivos hormonales, y así elegir el método que mejor se ajuste a ti y a tu salud.
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Evalúa tu estado de salud general
Antes de elegir un método anticonceptivo hormonal, es importante evaluar la salud general, asegura Sánchez.
Los factores como antecedentes de enfermedades cardiovasculares, migrañas con aura, o riesgo de trombosis (por ejemplo, si fumas y tienes más de 35 años), hará que algunos métodos hormonales pueden no ser recomendables. Es muy importante una consulta a tu médico para determinar qué opciones son seguras para tu salud.
Conoce los diferentes métodos hormonales
Existen varios métodos anticonceptivos hormonales que se pueden elegir según el estilo de vida y preferencias. Entre ellos se incluyen:
- Píldoras anticonceptivas: Tienen versiones combinadas (estrógeno y progestina) o solo de progestina.
- Parche o anillo vaginal: Ambos métodos liberan hormonas similares a las píldoras pero con un modo de administración diferente.
- Inyección anticonceptiva: Se aplica cada tres meses o cada mes, dependiendo de su compuesto.
- Implante subdérmico: Un dispositivo que libera hormonas durante un período prolongado (tres
a cinco años). - Dispositivo intrauterino (DIU) hormonal: Libera progestina directamente en el útero y puede durar de 5 a 7 años.
Tener en cuenta las preferencias personales
Es importante considerar la frecuencia con la que quieres preocuparte por tu anticonceptivo.
Si prefieres una opción que no implique recordar una toma diaria, puedes optar por métodos como el parche, el anillo, la inyección o el implante.
Además, considera qué tan cómoda te sentirías utilizando cada método, y cómo se ajusta a tu rutina diaria y estilo de vida.
Infórmate sobre los efectos secundarios comunes
Cada método tiene efectos secundarios que pueden variar de una persona a otra. Entre los más comunes se incluyen sangrado entre periodos, cambios en el ciclo menstrual, dolor de cabeza o cambios de humor, disminución del deseo sexual o cambios en la lubricación vaginal.
Es importante hablar con tu médico para saber qué esperar y cómo manejar estos efectos si se presentan.
Consulta con tu médico
El paso más importante es consultar con un profesional de la salud. Tu médico te ayudará a determinar cuál es el mejor método para ti en función de tu salud, estilo de vida y necesidades.
Además, puede ofrecerte orientación sobre cómo iniciar el método que elijas, los pasos a seguir si cambias de método, y cuándo realizar revisiones.
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