«Si le enseño al país los chats entre el Presidente de la República y yo (…) entonces mi vida y la de mi familia habrá acabado«. La exministra de Energía, Andrea Arrobo, se dirigió al país a través de una carta pública, este martes 3 de diciembre del 2024.
Lo hace horas previas al inicio del juicio político en su contra que se desarrollará en el Pleno de la Asamblea Nacional, que la investiga por la crisis energética que enfrenta el Ecuador desde el año 2023 y se agrabó en el gobierno de Daniel Noboa con cortes de luz de hasta 14 horas diarias.
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A continuación el texto integro de la carta de Arrobo:
Carta al país
A la ciudadanía ecuatoriana:
Quisiera dirigirme al Pleno de la Asamblea Nacional y pararme frente a los 137 asambleístas para contarles la verdad, pero no puedo hacerlo. No es la falta de argumentos lo que me detiene, sino el temor a represalias devastadoras.
Si le enseño al país los chats entre el Presidente de la República y yo en los que le informo de la crisis energética; si les pruebo cómo insistí en hacerlo público para que la ciudadanía esté preparada y poder controlar los racionamientos; si la ciudadanía se da cuenta de que me prohibieron hablar y hasta me cancelaron la rueda de prensa que preparé, entonces mi vida y la de mi familia habrá acabado.
Jamás oculté información. De hecho, la entregué toda. Pero una crisis hídrica no era rentable para la consulta popular de abril de este año y me callaron. Por eso guardé todas las pruebas, para defenderme judicialmente.
Pero desenmascarar las mentiras, el acoso y la persecución política de la que soy víctima, para los que se hace uso de canales oficiales, como el video publicado por el Secretario de Integridad, significaría para mi hijo pequeño y para mí, mucho más de lo que ustedes pueden imaginar. Exponer públicamente la verdad significaría mi inmediata detención por parte de la Policía, que hoy no responde a la ley.
Defenderme con pruebas, en la Asamblea, significaría que la Fiscalía, que mantiene una estrecha e inseparable relación con el poder Ejecutivo, como venganza, me acuse sin pruebas. Y si bien a eso le temo, sé que al final saldré libre y con la frente el alto, pero sólo luego de haber dejado sin madre, quien sabe por cuantos años, a un niño.
Ya drones han sobrevolado mi casa. Ya patrulleros han acosado a mi familia y a mí. Ya uniformados han intentado entrar a la casa de mi abuela. Ya han usado todos los métodos para destrozarme y evitar que le enseñe al país la verdad. Y lo lograron. Pudiendo humillar públicamente al Régimen, decido no hacerlo en el marco del juicio político.
Es de conocimiento público que enfrento una investigación por paralización de servicio público y traición a la patria, mientras que quienes han pasado por el Ministerio de Energía después de mí, sin resolver la grave crisis que vivimos, porque esta es evidentemente estructural, no enfrentan proceso alguno. Este doble estándar no solo es injusto, sino que confirma que la denuncia presentada en mi contra en la Fiscalía tuvo por objeto desviar la atención de la ciudadanía en un contexto político en donde necesitaban un chivo expiatorio. Hasta el día hoy, diversos funcionarios reconocen en medios de comunicación y ruedas de prensa que la situación obedece a factores que están por fuera del control humano. Incluso, la máxima autoridad ha reconocido que no le presta atención a las recomendaciones técnicas.
Aunque no puedo revelar detalles de las versiones rendidas por funcionarios actuales en la investigación, debido a su carácter de reserva, puedo afirmar que exponen el verdadero origen de esta acusación, quién elaboró la lista de vinculados y las reales motivaciones detrás. Pero también confirman el trabajo y esfuerzo técnico y responsable que se hizo desde el día en que asumí el Ministerio.
Desde el 16 de abril, fecha en que inició la investigación, los investigados hemos aportado con más del 80% de la documentación del expediente: pedidos de información, documentos técnicos y diligencias que comprueban la inexistencia de un delito. En contraste, el denunciante no ha presentado ni Fiscalía ha encontrado evidencia que sustente aquello de lo que se nos acusa. Han transcurrido ocho meses y el caso se encuentra atrapado en un limbo que solo sirve para desgastar mi salud física, emocional y financiera.
Esta persecución también ha tenido consecuencias devastadoras en mi vida profesional. Es difícil encontrar trabajo en un sector donde enfrentarse al Gobierno genera temor. Sin embargo, mi conocimiento del sector energético me permitió advertir los desafíos que enfrentamos desde el primer momento:
- Un déficit energético de al menos 1.600 MW.
- Una falta de inversión acumulada de USD 10 mil millones.
- Uncrecimiento de la demanda de 500 MW anuales.
Como Ministra, desde el 24 de noviembre de 2023, me dediqué a destrabar procesos burocráticos para evitar apagones en el segundo semestre de 2024, período en el que todos los históricos y las predicciones climatológicas anticipaban una sequía. Lo ocurrido en abril de 2024, fue una condición climatológica completamente atípica que se vivió a nivel regional. Durante 4 meses y 22 días, trazamos la hoja de ruta para la instalación de la generación de emergencia y así cerrar la brecha del déficit energético para finales de agosto de 2024.
Encontramos procesos firmados por las anteriores autoridades, sí, pero sin los mecanismos necesarios para su activación inmediata, sin permisos ambientales y sin modelos de gestión. Logramos avances significativos, como la definición del mecanismo de pago para la generación privada y la incorporación de 220 MW de centrales térmicas, que se encontraban indisponibles cuando asumimos el Ministerio. La evidencia ha sido remitida a la Comisión de Fiscalización para su análisis, especialmente la sesión de directorio de CELEC-EP del 31 de enero 2024, en la cual se encuentra el delegado del Presidente de la República. Sin embargo, tras mi salida, toda la programación se detuvo,
Este juicio político llega en un momento en el que mi comparecencia solo serviría a los intereses electorales de las diversas fuerzas políticas. Si los votos para una censura se suman, será claro que este es un acto político, no de justicia. Pero yo no puedo convertirme en una pieza más de este juego. No arriesgaré mi vida, mi libertad y la seguridad de mi familia para satisfacer intereses ajenos a las verdaderas necesidades del país.
Si esto es técnico y no político, entonces, que se analice la información y evidencia técnica que remití, para ello mi comparecencia no es necesaria. Si pese a todos los argumentos técnicos me censuran, adelante, háganlo con confianza, que el peor error de mi vida fue tomar la decisión de servir a mi país desde la función pública, función a la que jamás regresaré, pues hoy comprendí que un país que cede al autoritarsimo, es un país sin retorno.
Atentamente,
Andrea Arrobo Peña
Exministra de Energía
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