Quito cumplió su quinto día bajo semáforo amarillo mientras la ciudadanía retorna a su rutina habitual en medio de precauciones.
Es la primera semana que salen algunos ciudadanos para cumplir con sus labores.
Movilización en sectores de Quito
Como otras capitales del mundo, Quito ha apostado por el transporte en bicicleta como medio para evitar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.
La capital ecuatoriana, que entró el pasado miércoles en una nueva fase de desescalada dentro de la emergencia sanitaria que vive el país desde el 16 de marzo, al pasar de rojo a amarillo.
La ciudad tiene previsto ampliar sus ciclovías a 120 kilómetros, de los 64 que tenía antes de la pandemia.
La opción de la bicicleta
«Hicimos un conteo en dieciséis sectores de Quito y determinamos un incremento del 600% de desplazamientos en bicicleta, es decir, seis veces más que antes», aseguró a Efe Fernando de la Torre, director metropolitano de modos de transporte sostenibles en la Secretaría de Movilidad de Quito.
Un crecimiento originado por la imposibilidad de desplazarse en coche durante la pandemia.
Sólo estaba permitido un día a la semana según la matrícula, lo que dejó vacías las avenidas de la siempre saturada capital ecuatoriana.
Sin embargo, ya en la fase de desescalada, parece que los ciudadanos se han acostumbrado a la bicicleta para evitar contagiarse del coronavirus.
La Alcaldía estima que hasta antes de la pandemia, casi el 70% de las población de Quito se movilizaba en transporte público.
La suspensión de este servicio al inicio de la cuarentena, alentó a que muchas personas buscaran la opción de las dos ruedas.
Ante esta nueva situación, y también con el fin de evitar aglomeraciones, el Municipio capitalino tiene planeado aumentar 62,7 kilómetros de ciclovías, entre ejes trasversales y longitudinales, dotando a la urbe de más de 120 kilómetros en vías para ciclistas.