Desde hace años, los ríos y quebradas ubicados a los largo de la capital han servido como un depósito de aguas negras, domésticas y desechos sólidos a vista y paciencia de autoridades y vecinos.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en el río Monjas, donde la erosión y la contaminación se han convertido en un riesgo permanente difícil de mitigar.
Le contamos los detalles en el siguiente video