La mayoría percibe que la final de la Copa América, pautada para este sábado entre Brasil y Argentina, será principalmente un duelo entre Neymar y Lionel Messi.
Pero los propios jugadores advierten una confrontación que podría ser incluso más relevante en el Maracaná, entre una de las líneas defensivas más impenetrables del mundo del fútbol y un esquema concentrado en proteger a uno de los mejores futbolistas de la historia.
Y a la mayor rivalidad en Sudamérica se añade ya el condimento de algunos comentarios punzantes desde uno y otro bando.
La zaga brasileña ha permitido sólo dos goles en seis partidos del torneo. El veterano Thiago Silva, Marquinhos y Éder Militão se han repartido la titularidad de manera rotatoria y ello ha generado pocos o nulos riesgos para la Seleção.
Los contenciones Casemiro y Fred han lucido implacables. El lateral derecho Danilo y el izquierdo Renan Lodi tienen más inclinación por defender que por escaparse a lo largo de las bandas.
Originalmente, estos jugadores criticaron a la CONMEBOL por mudar el torneo a Brasil en medio de un alto nivel de contagios de coronavirus. De cara a la final contra la Argentina de Messi, los mismos futbolistas han cambiado su narrativa: Se concentran en ganar a toda costa y en cerrar invictos el certamen.
“La zona en la que Messi juega es donde yo juego. Nos hemos enfrentado mucho entre nosotros en otros partidos”, dijo Casemiro durante la videoconferencia del jueves. “No puedo marcar a ningún jugador yo solo. Hacen falta compañeros. Y uno no marca sólo a un jugador.
“Todo comienza con Neymar y Richarlison y termina con el arquero. Un equipo juega con 11, defiende con 11 y ataca con 11”.
Entretanto, Argentina ha encontrado una fórmula para cuidar a Messi, quien a sus 34 años juega mucho más cerca del último tercio de la cancha. Los centrocampistas Rodrigo de Paul y Giovani Lo Celso, que son principalmente volantes creativos, se despojan de egoísmos y se unen para formar una barrera que salvaguarde al astro.
Aun así, lograron prodigar buenos pases a los agresivos extremos Lautaro Martínez y Nicolás González.
Messi ha marcado cuatro goles y ha entregado cinco asistencias durante esta edición de la Copa América. Ha enfatizado que su sueño es ganar su primer título con la selección argentina, que arrastra una sequía de cetros de 28 años.
El crack juega ahora en la selección de un modo semejante al que deslumbra en el Barcelona. Ha anotado mediante tiros libres, ha superado a los rivales con sus escapadas frecuentes pese a su edad y ha distribuido incontables pases.
Las fortalezas de Brasil y Argentina maquillarían algunas de sus debilidades.
La Canarinha confía tanto en su defensa que ha oculado un desempeño lejos del idóneo por parte de sus delanteros en la Copa América. Richarlison y Roberto Firmino anotaron sólo un gol cada uno. Gabriel Jesús, suspendido durante las semifinales y la final, se marchará del torneo sin hacer un solo gol.
A diferencia de los demás duelos de la fase de eliminación directa, la final de la Copa América abre la posibilidad de disputar tiempos extra antes de los penales en caso de empate.
Y algunos comentarios picantes antes de la final podrían afectar el estado de ánimo en el partido.
Richarlison advirtió que los jugadores brasileños no dudarán en decir algunas lindezas a los argentinos durante el cotejo.
”¡Nos vamos a provocar, sí! Va a suceder”, dijo “Lo que vale es el triunfo dentro de la cancha y quién levanta la copa”.
Ocurrió también en el choque previo de ambos conjuntos en la Copa América. Brasil venció 2-0 a Argentina en la semifinal de 2019, con tantos de Gabriel Jesús y Roberto Firmino.
Neymar no jugó ese torneo por un lesión.
El arquero argentino Emiliano Martínez mostró que las provocaciones pueden ser redituables. Intimidó con sus comentarios a los jugadores de Colombia durante la tanda de penales en la semifinal. Y atajó tres disparos.
Jair Bolsonaro, el presidente brasileño, se unió a los retos verbales de cara a la final durante una cumbre virtual del Mercosur en la que participó su homólogo argentino Alberto Fernández.
“Quiero decir al presidente de Argentina que la única rivalidad entre nosotros va a presentarse el próximo sábado en el Maracaná”, indicó. “Voy a adelantar el marcador: 5-0″.
Fernández no respondió. Debajo de su barbijo simplemente se adivinó una carcajada.