Catar, a solo unos meses del Mundial de Fútbol 2022, sigue sin resolver las violaciones de los derechos de los trabajadores inmigrantes.
Además de que ha aumentado las restricciones a la libertad de expresión, continúa penalizando la homsexualidad y sometiendo a las mujeres a la tutela masculina, denunció este lunes Amnistía Internacional (AI).
La organización afirmó en su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo que, peses a sus promesas.
Catar no aplicó durante 2021 las reformas aplicadas por la presión internacional en el sistema de «kafala» o patrocinio de los trabajadores extranjeros en el país, «lo que permitió el resurgimiento de las prácticas abusivas».
Entre estas, detalló las trabas, en ocasiones «insalvables».
Para que la mano de obra inmigrante cambie de trabajo sin el permiso de su empleador pese a que este dejó de ser un requisito legal o el poder de las entidades empleadoras para anular los permisos de residencia o presentar cargos de fuga.
También citó la prohibición para formar o afiliarse a sindicatos de los inmigrantes y la falta de un recurso efectivo a la justicia para reclamar salarios impagados.
Por otra parte, acusó a Catar de no investigar adecuadamente las muertes de «miles de trabajadores» durante el último decenio.
«De forma repentina e inesperada (…) pese a haber superado las pruebas médicas obligatorias antes de viajar al país», lo que impide saber si estas muertes se pueden atribuir a sus condiciones laborales.
Además, alertó Amnistía, «las restricciones a la libertad de expresión aumentaron en el periodo previo a la Copa Mundial de la FIFA de 2022».
Mediante la aplicación de legislación abusiva para silenciar las voces críticas, con detenciones, desapariciones forzadas e incluso la expulsión del país de periodistas extranjeros.
En cuanto a los derechos de las mujeres, estas siguen sometidas al sistema de tutela masculino.
Les impide casarse, estudiar en el extranjero con becas públicas, trabajar en puestos del gobierno, recibir algunos servicios de salud reproductiva e incluso viajar al extranjero.
Todo esto sin el permiso de un hombre de su familia.
Además, AI resaltó en su informe que el Código Penal catarí sigue «tipificando las relaciones homosexuales entre hombres como un delito punible con hasta siete años de prisión».
Por otro lado, la ONG destacó que en 2021 Catar celebró por primera vez en su historia unas elecciones para elegir una asamblea consultiva con capacidades legislativas muy limitadas.
Pero lamentó que, «basándose en una legislación discriminatoria sobre la nacionalidad», solo pudieron participar aquellos cataríes cuyos abuelos hubieran nacido en el país.