Poco a poco se van derribando los mitos acerca de esta dificultad en el aprendizaje.
Hasta hace algunos años a todos aquellos que tenían problemas con la comprensión lectora, la ortografía y la escritura, sin análisis de por medio, se los llamaba vagos o distraídos.
Aunque estas dificultades nada tienen que ver con la inteligencia de una persona, sí requieren la intervención de profesionales, un diagnóstico oportuno, adecuado y terapias que ayuden a niños y adultos a superar la dislexia.