78 profesionales capacitados en buenas prácticas sobre lactancia materna durante la pandemia.
El Curso Avanzado de Buenas Prácticas en Lactancia Materna, impartido por UNICEF y la PUCE, busca que este derecho fundamental sea garantizado en la emergencia.
Con el fin de promover, proteger y apoyar la lactancia materna durante la emergencia sanitaria por COVID-19 en Ecuador, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) desarrollaron el Curso Avanzado de Buenas Prácticas en Lactancia Materna, para fortalecer las capacidades de los profesionales de salud en este aspecto fundamental de los derechos en salud.
Este curso, dictado durante 16 semanas, cumplió el objetivo de lograr que profesionales del Ministerio de Salud Pública, de distintas provincias del país, adquieran mejores conocimientos y competencias de asesoría en el tema, y cuenten con lineamientos claros para promocionar la lactancia materna durante la pandemia. En total, 78 profesionales de diferentes establecimientos de salud del país culminaron con éxito los ocho módulos del curso avanzado de lactancia. Esto beneficiará a aproximadamente 150.000 recién nacidos en el país, que tendrán la oportunidad de recibir las mejores prácticas de lactancia materna, logrando así un mejor inicio para sus vidas.
La evidencia científica demuestra que la lactancia materna es el acto más beneficioso que puede recibir un bebé y su madre, pues sus consecuencias positivas se prolongan hasta la vida adulta. De esta manera, durante la pandemia por COVID-19 se debe garantizar el acceso ininterrumpido a servicios esenciales de salud –como los controles prenatales, la vacunación, los controles de niño sano– y que las familias puedan recibir un adecuado asesoramiento sobre la lactancia materna.
Justamente con el fin de visibilizar la importancia de la lactancia materna y ofrecer información para que las madres y familias puedan iniciar, mantener y continuar la lactancia materna con confianza y seguridad, del 1 al 8 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2020, que este año lleva el lema de «Apoyar la lactancia materna para un planeta más sano». La lactancia materna aporta beneficios de salud, nutricionales y emocionales tanto a los niños como a las madres; y, además de ser el mejor alimento para un bebé, es la forma más amigable con el medio ambiente de hacerlo. Por el contrario, la alimentación con sucedáneos de la leche materna afecta al medio ambiente y al clima debido a los métodos de producción, envasado, distribución y preparación.
La leche materna es una de las mejores estrategias para combatir la desnutrición y prevenir enfermedades agudas en la infancia y crónicas en la vida adulta, ya que proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé necesita para su crecimiento y es un estímulo vital para su desarrollo. En un país donde 1 de cada cuatro niños menores de 5 años padece desnutrición crónica y 3 de cada 10 niños tienen sobrepeso, es fundamental que la lactancia se fortalezca día a día, aún más durante la actual emergencia sanitaria.
En este contexto, es posible que muchas mujeres no estén recibiendo el apego piel a piel con su recién nacido, que la lactancia materna no se esté dando en la primera hora de vida y que incluso se impida que la madre y su hijo estén alojados conjuntamente. Ahora más que nunca es fundamental que los profesionales de salud mantengan su compromiso de promover estas prácticas y fomentar la lactancia materna. No existe evidencia científica que contraindique la lactancia materna en tiempos de COVID-19, inclusive en madres portadoras.
Iniciativas como la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2020 y la formación impulsada por la PUCE y UNICEF son más necesarias que nunca. Además, este curso contribuye a fomentar el cumplimiento de la normativa Establecimientos de Salud Amigos de la Madre y el Niño (ESAMyN), que fue emitida en 2016 y que incluye a la lactancia materna como uno de sus principales componentes. Gracias a este esfuerzo, el país ahora cuenta con profesionales más capacitados, sensibilizados y comprometidos con la lactancia materna, que es uno de los derechos humanos más importantes para el recién nacido.
UNICEF apoya al Estado ecuatoriano en la respuesta a esta emergencia tanto para prevenir la transmisión del virus como para mitigar los efectos colaterales en los niños y niñas, en especial de los más vulnerables. Se requiere el compromiso de todos los actores para poder garantizar plenamente los derechos de los niños en el contexto de la pandemia por el COVID-19.