Al menos 26 presos se fugaron este lunes de una cárcel en el estado amazónico de Acre, en el extremo norte de Brasil, a través de un agujero excavado en la pared del presidio, informaron fuentes oficiales.
Los reclusos prófugos estaban detenidos en el complejo presidiario Francisco d’Oliveira Conde, en la ciudad de Río Branco, capital regional del Acre, y escaparon gracias al auxilio de cuerdas confeccionadas a partir de sábanas después de excavar un agujero en la pared, explicó el secretario de Justicia y Seguridad Pública en ejercicio del estado, Ricardo Brandao dos Santos.
Brandao no descartó un posible vínculo entre la fuga de este lunes con el caso de los 75 miembros de la facción criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC) que escaparon de una cárcel paraguaya el domingo.
Según el secretario, los 26 reclusos que se fugaron este lunes en Acre, de los que uno fue capturado por las autoridades, pertenecen a la banda Bonde dos 13, que es aliada al PCC, el grupo criminal más poderoso de Brasil y cuyos tentáculos se extienden por todo el país y una parte de Suramérica.
«En este momento, nosotros no descartamos nada. Por eso toda la Seguridad Pública está movilizada», explicó Brandao en una rueda de prensa.
Agregó que la Agencia de Inteligencia brasileña (Abin) fue accionada precisamente para «evaluar si hay correlación de la fuga en el estado de Acre con la fuga en Paraguay».
Tras el suceso, las autoridades reforzaron la seguridad en las fronteras regionales y realizaron inspecciones en todos los presidios del estado con el objetivo de «evitar nuevas fugas».
Además, la Policía Militarizada y la Policía Penal fueron notificadas para que sea instaurada una investigación que permita «averiguar inmediatamente las eventuales responsabilidades de la fuga en el aspecto administrativo».
La huida se produjo después de un fin de semana sangriento en Río Branco, que figura entre las 20 ciudades más violentas de Brasil.
Solo en la madrugada de este domingo, fueron registrados al menos siete homicidios en la urbe, de los que seis se produjeron en una matanza que tuvo lugar en un bar situado en la zona rural de la ciudad.
Según la Policía Civil, el local era frecuentado por «diversos delincuentes», por lo que las autoridades creen que la matanza fue perpetrada por miembros de un grupo criminal.
Solo en enero, Acre, estado fronterizo con Bolivia y Perú, registró al menos 32 muertes violentas, la mayoría motivada por la guerra entre diversas bandas criminales que disputan el dominio del tráfico de drogas en la región.
En los últimos años, diversas organizaciones de derechos humanos han denunciado la precaria situación de las cárceles brasileñas y la violencia que tiene lugar en su interior.
De acuerdo a los datos del Fórum Brasileño de Seguridad Publica, la población carcelaria en el gigante sudamericano es de unas 700.000 personas, lo que supone cerca del doble de la capacidad del sistema penitenciario del país. EFE