Más de 4,4 millones de trabajadores despedidos solicitaron prestaciones por desempleo en Estados Unidos la semana pasada, a medida que los recortes de personal se intensifican en una economía que permanece casi cerrada, informó el jueves el gobierno.
Con la nueva cifra, alrededor de 26 millones de personas han solicitado ayuda por desempleo en las cinco semanas desde que comenzó la epidemia de coronavirus, que obligó a millones de empleadores a detener sus actividades.
Aproximadamente uno de cada seis trabajadores estadounidenses ha perdido su empleo desde mediados de marzo, lo que constituye la peor serie de despidos registrada. Los economistas han pronosticado que la tasa de desempleo para abril podría llegar hasta el 20%.
La enorme pérdida de empleos ha hundido a la economía estadounidense en su peor crisis económica desde la Gran Depresión de la década de 1930. Algunos economistas vaticinan que el PIB sufrirá una contracción del doble de la sufrida durante la Gran Recesión de 2008-2009.
Las penurias económicas causadas por el coronavirus han desatado protestas en algunos estados norteamericanos, en exigencia de que se reanuden los negocios. Algunos gobernadores han estado relajando las restricciones a pesar de las advertencias de expertos de que ello podría ocasionar un repunte de la pandemia. En Georgia se permitirá el funcionamiento de gimnasios, peluquerías y pistas de bolos a partir del viernes. Texas ha reabierto sus parques estatales.
Sin embargo, incluso esas reaperturas no incidirán mucho en el empleo, especialmente en momentos en que los estadounidenses se muestran renuentes a salir de sus casas. La mayoría de los norteamericanos prefiere acatar las recomendaciones de confinamiento y cree que levantar las medidas de distanciamiento social ahora sería un error.
Además de ello, es posible que surja otra ola de despidos próximamente, debido a la inminente quiebra de miles de empresas pequeñas que han pedido infructuosamente préstamos del gobierno federal.
El número total de personas que ya están recibiendo asistencia pública por desempleo ha llegado a la cifra récord de 16 millones, superando la cima anterior de 12 millones alcanzada en 2010 al ceder la Gran Recesión. Incluso esos 16 millones son apenas los que han logrado superar los trámites burocráticos —ya sea telefónicos o por internet para obtener la aprobación de recibir las prestaciones— y están recibiendo los cheques.
En muchos estados, los desempleados han tenido dificultades en cumplir con los trámites exigidos. Entre ellos hay millones de trabajadores por cuenta propia, independientes, contratistas y autoempleados, que por primera vez son elegibles para recibir esos beneficios.
“Este ha sido un golpe devastador para muchas familias y pequeños negocios”, apuntó Aaron Sojourner, economista de la Universidad de Minnesota. “Es algo fuera de su control y de lo cual no tienen culpa alguna”.
Prácticamente todos los sectores de la economía han sido afectados por despidos súbitos y masivos. Los expertos calculan que los hoteles y los restaurantes han sido los más golpeados, al perder unos cuatro millones de empleos desde el 15 de febrero. Eso equivale a casi una tercera parte de toda la fuerza laboral en ese sector.
AP