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25 de Noviembre: Cinco señales de violencia de género

24 de noviembre de 2024
Patricia Armijo

El 25 de noviembre es una fecha clave para recordar la urgente necesidad de erradicar la violencia de género, una problemática que afecta a 736 millones de mujeres en el mundo, según datos de ONU Mujeres. Si bien la violencia física y emocional es una realidad dolorosa y extendida, muchas veces las víctimas no logran identificarla o se sienten atrapadas en una espiral de abuso.

El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una fecha para reflexionar sobre la necesidad de visibilizar y erradicar todas las formas de abuso. La violencia de género no tiene justificación, y el primer paso para acabar con ella es reconocer las señales.

En Ecuador, la Fundación ALDEA registra, hasta el 27 de septiembre de 2024, 180 muertes violentas por razones de género. 96 fueron catalogados como femicidios en el ámbito íntimo, familiar o sexual.

Reconocer las señales de violencia es fundamental para prevenirla y buscar ayuda antes de que escale hasta su punto más alto: el femicidio.

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1. Control y aislamiento social
Una de las primeras señales de violencia de género es el control excesivo sobre la vida de la mujer. Esto puede manifestarse en la limitación de su libertad para salir, elegir amigos, estudiar, trabajar o incluso interactuar con su familia.

El agresor, de manera sutil o directa, busca aislar a la víctima de su red de apoyo social, reduciendo así sus recursos para defenderse o apoyarse.

2. Descalificación y humillación
La violencia psicológica a menudo se expresa en comentarios humillantes, críticas destructivas o insultos dirigidos a la autoestima de la mujer. Las palabras del agresor pueden ser constantes, minando la confianza de la víctima hasta que esta comience a dudar de su propio valor.

La descalificación verbal no siempre deja marcas visibles, pero sus efectos son profundos y duraderos.

3. Celos extremos y desconfianza
El agresor justifica sus actos de control bajo el pretexto de «celos por amor». Sin embargo, estos celos suelen ser irracionales y desmesurados, lo que lleva a acusaciones infundadas y a la invasión de la privacidad de la víctima.

Puede incluir revisar sus mensajes, redes sociales o incluso controlar sus horarios. Esta conducta crea un ambiente de constante tensión y miedo que puede desencadenar en otros tipos de violencia.

4. Amenazas y manipulación
Las amenazas de daño físico o emocional ya sea hacia la propia mujer o hacia sus seres queridos, son una forma común de violencia en relaciones abusivas. También la intimidación se aplica con base en el miedo al abandono.

Estas amenazas pueden ir acompañadas de manipulación emocional, donde el agresor hace sentir a la víctima culpable o responsable de su bienestar, o incluso la hace dudar de la realidad de los hechos.

5. Violencia física o sexual
Aunque no siempre se llega a este extremo, la violencia física y sexual son las formas más visibles de abuso. Golpes, empujones, o cualquier otro tipo de agresión física, así como el abuso sexual no consentido, son señales claras de violencia de género.

Aún dentro de una relación formal, incluido el matrimonio, la falta de consentimiento para tener relaciones sexuales o la presión para hacerlo es considerado un tipo de abuso.

En este caso, las secuelas son visibles, pero muchas veces las mujeres sienten miedo o vergüenza de denunciar por temor a represalias o a no ser creídas.

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